El transportín
hace 3 años
El transportín es un accesorio muy importante en la vida de nuestros gatos, tal vez, no te lo parezca de buenas a primeras, pero todos los gatos deben tener y necesitan un transportín.
Es básico para poder desplazarnos con nuestro gato de una forma segura, éste debe ser rígido y el gato debe conocer el transportín e identificarlo como algo positivo.
Uno de los desafíos más comunes que enfrentan los dueños de mascotas es la reluctancia de sus felinos a usar este accesorio. La frase "mi gato no quiere entrar en el transportin" es un llamado a la acción para entender y modificar la percepción que tienen nuestros gatos sobre este espacio.
Todos sabemos que los gatos aman esconderse así que con un poco de esfuerzo y paciencia a tu gato le gustará el transportín.
Veamos unos puntos interesantes a tener en cuenta:
- Debe estar SIEMPRE presente en el territorio de gato, si lo usa habitualmente mejor, pero sino debe ser algo conocido y que ve cada día.
- Debe ser adecuado a su tamaño y es importante que tenga un olor familiar que no le estrese.
- Tiene que ser percibido por el gato como algo positivo, así que, JAMÁS LE OBLIGUES A ENTRAR.
¿Por qué mi gato odia el transportín?
Seguramente porque no ha tenido experiencias positivas con él o porque le es algo desconocido.
Es muy fácil, si únicamente el gato ve y usa el transportín para ir al veterinario es normal que no le guste, e incluso se resista con todas sus fuerzas a entrar. ¿No harías tú lo mismo?
Para que tu gato no odie el transportín y entre en él voluntariamente, hay que trabajarlo en casa tranquilamente:
- Déjalo en su territorio que entre si quiere.
- Deja cosas ricas dentro o juguetes para motivarle a entrar.
- Jamás le obligues a entrar o lo cierres las primeras veces que entre.
Una vez tu gato perciba el transportín como algo de su territorio será el momento de empezar a trabajar un poquito las salidas:
- Haz simulacros de salidas de corta duración y ves alargando. Las primeras veces no hace falta que salgas de casa. Siempre prémiale con comida y observa si muestra signos de estrés.
- Si le llevas al veterinario, limpia bien el transportín para evitar que se queden olores que pueda relacionar con algo negativo.
- Recuerda volver a dejar el transportín limpio y accesible siempre en el territorio del gato.
- Usa feromonas y aceites esenciales para ayudarle en los trayectos e intenta que esté dentro el menor tiempo posible.
Si estás lidiando con la situación de "mi gato no quiere entrar en el transportin", empieza por asociar el transportín con experiencias positivas. Puedes dejar su manta favorita adentro o esparcir catnip para que se sienta atraído.
En resumen, entender la reticencia de tu gato a entrar en su transportín y trabajar para cambiar su percepción puede hacer que los viajes sean menos estresantes para ambos. Con enfoque y paciencia, pronto podrás decir que tu gato y su transportín son los mejores amigos.
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